Señales de que tu cuerpo te está diciendo algo: ¿qué debes observar?

Mujer cansada sentada junto a la ventana.

Nuestros cuerpos tienen mucho que decirnos, pero si no prestamos atención, podríamos pasar por alto lo que intentan comunicar. Ya sea por deficiencias nutricionales, alergias, desequilibrios hormonales u otros factores, el cuerpo suele enviar señales—algunas más sutiles que otras—de que algo no está bien. Estas señales pueden ayudarnos a identificar y corregir diversos problemas de salud.

Si alguna vez te has preguntado qué te está diciendo tu cuerpo, aquí te mostramos algunas señales comunes y lo que podrían significar.

Deficiencias nutricionales

Si algo no se siente del todo bien, lo primero que debes revisar es tu alimentación, especialmente lo que no estás consumiendo lo suficiente. Con los alimentos ultraprocesados siendo una parte importante de la dieta moderna, las deficiencias de nutrientes son bastante comunes y pueden contribuir a diversos problemas de salud.

  • Fatiga y debilidad. A menudo se asocian con deficiencias de hierro, vitamina D o vitamina B12.
  • Pérdida de cabello. No obtener suficiente hierro, zinc o proteínas puede ser una de las muchas causas que contribuyen a la pérdida de cabello.
  • Uñas quebradizas. Las uñas que se rompen con facilidad o no crecen bien suelen ser un signo de deficiencia de biotina.
  • Piel seca. Es posible que no estés obteniendo suficiente vitamina A, vitamina E o ácidos grasos esenciales (como el omega-3).
  • Calambres musculares. Si te dan calambres en medio de un entrenamiento, podrías tener bajos niveles de magnesio, calcio o potasio.
  • Infecciones frecuentes. Estas pueden estar relacionadas con bajos niveles de vitamina C, zinc o vitamina D.
  • Problemas de visión. Si tienes dificultades para ver de noche, podrías tener una deficiencia de vitamina A.

5 cucharas de madera alineadas en fila con diferentes suplementos en cada una.

Otros problemas relacionados con la dieta

La dieta puede causar otros problemas, incluso si has descartado las deficiencias de nutrientes. Algunos de estos incluyen:

  • Aumento o pérdida de peso. Cambios repentinos en el peso pueden ser un signo de problemas metabólicos o desequilibrios en la ingesta calórica.
  • Problemas digestivos. Problemas como hinchazón, estreñimiento o diarrea pueden ser el resultado de malas elecciones alimenticias, falta de fibra o intolerancias o alergias alimentarias.
  • Fluctuaciones en el azúcar en la sangre. Una dieta rica en carbohidratos y grasas no saludables puede llevar a problemas de salud metabólica como la resistencia a la insulina y la diabetes tipo 2.
  • Colesterol alto. Esto suele ocurrir cuando tu dieta es alta en grasas saturadas y baja en fibra.
  • Pérdida de densidad ósea. La ingesta inadecuada de calcio y vitamina D puede llevar a la pérdida de densidad ósea con el tiempo.

Desequilibrios hormonales

Las hormonas afectan todo, desde el estado de ánimo hasta el metabolismo y la función cognitiva. Cuando están desequilibradas, tu cuerpo enviará señales bastante claras.

  • Hambre constante y antojos. Ese deseo persistente por un refrigerio dulce favorito podría ser causado por desequilibrios hormonales, no por falta de fuerza de voluntad.
  • Altos niveles de azúcar en la sangre. Cuando las hormonas están desequilibradas, no pueden regular bien los niveles de azúcar en la sangre.
  • Dificultad para perder peso. Los desequilibrios hormonales pueden ser un poderoso obstáculo si tienes una meta de pérdida de peso en mente.
  • Períodos irregulares. Los ciclos menstruales pueden cambiar por muchas razones, siendo los desequilibrios hormonales una de las más comunes.
  • Problemas de estado de ánimo y sueño. Cuando los niveles hormonales están alterados, el cerebro y el sistema nervioso no siempre se comunican correctamente, lo que puede causar cambios de humor y dificultar el sueño.

Alimentos saludables (frutas, verduras) en un lado de las imágenes y alimentos no saludables (donas, golosinas) en el otro lado, separados por una cinta rosa.

Alergias y otras intolerancias

A veces, nuestros cuerpos reaccionan de manera anormal a ciertos factores. De todas las señales que nos envía el cuerpo, estas son las más fáciles de identificar.

  • Reacciones en la piel. Urticaria, eccema y erupciones pueden ser signos de alergias alimentarias o intolerancias.
  • Problemas respiratorios. Estornudos, tos y síntomas similares al asma pueden indicar alergias o reacciones a factores ambientales.
  • Malestar gastrointestinal. Los problemas digestivos pueden ser un signo de que tu cuerpo es sensible a ciertos alimentos.
  • Dolores de cabeza y migrañas. Algunos alimentos o ingredientes pueden desencadenar dolores de cabeza en ciertas personas.
  • Hinchazón, especialmente de los labios, cara o garganta, puede ser una reacción alérgica severa conocida como anafilaxia.

Otros problemas de salud

Los problemas de salud no siempre encajan en una categoría específica. Los mensajes que te envía tu cuerpo pueden tener más de una causa.

  • Cambios de humor. Deficiencias en ciertos nutrientes como los ácidos grasos omega-3, las vitaminas B o el magnesio pueden afectar el estado de ánimo y la salud mental.
  • Problemas de sueño. Si tienes dificultades para conciliar o mantener el sueño, esto podría estar relacionado con una mala dieta, una deficiencia de magnesio o desequilibrios en el azúcar en la sangre.
  • Dolor en las articulaciones. La inflamación por una mala alimentación o sensibilidades alimentarias puede causar dolor en las articulaciones.
  • Confusión mental. Cada vez más común, la confusión mental a menudo se asocia con una mala alimentación, deshidratación o deficiencias nutricionales.

Cómo responder

Nuestros cuerpos se comunican constantemente con nosotros. Si entendemos lo que nos están diciendo, podemos trabajar para reducir o eliminar los síntomas.

Comienza asegurándote de llevar una dieta nutritiva y equilibrada, hacer ejercicio regularmente y dormir bien de manera constante. Te sorprendería lo efectivas que pueden ser estas simples recomendaciones para cambiar cómo te sientes.

Si los cambios en tu estilo de vida no mejoran la situación, considera hacer una cita con tu médico. Revisarán tu historial médico, síntomas y ordenarán pruebas (si es necesario) para ayudar a determinar las posibles causas.